Mis problemas y los tuyos
Hoy es uno de esos días en los que desde que me desperté estoy completamente en mi mundo. Me he levantado mirando a mi alrededor como si yo no perteneciese a él. He bajado a la calle y miraba a la gente que andaba a mi lado, escuchaba lo que decían... y todo me parecía insignificante. Nos creemos siempre que nuestros problemas son lo más importante en la vida, en nuestra vida, y nos aislamos sin querer ver el resto del mundo.
Un amigo me contó ayer una historia... bastante triste y que no quiero escribir aquí. Pero me hizo pensar en lo superficiales que somos todos, tanto yo como tú, que estás leyendo esto. Llegas a casa después del trabajo quejándote de tu jefe, de lo agobiado que estás, de lo duro que ha sido el día. Te quejas de que la gente no valora tu trabajo ni tu buena voluntad pero no quieres darte cuenta de que tú haces exactamente lo mismo con otras personas.
Siempre decimos que nos gustaría retroceder en el tiempo y volver a ser niños para no pensar en nada, para no tener más responsabilidad que hacer lo que te dicen pero... ¿No te quejas constantemente de eso ahora; de que nunca puedes hacer lo que quieres porque tienes limitaciones? Bien, pues a eso me refiero, los límites existen a cualquier edad, para un niño es frustrante no tener libertad para hacer las cosas que le gustaría hacer.... Uy, pero si eso es exactamente lo que nos pasa de adultos.
En fin... me voy por las ramas y no llego a ningún sitio, pero es que ya he dicho antes que hoy es uno de esos días. Y me gustaría que hubiese más momentos como el de ahora, en el que realmente me doy cuenta de que cualquier problema que yo pueda tener, es igual de importante que el que tú tienes, sólo depende de los ojos que miren.
3 comentarios:
muy bien dicho!!!
muaks.
Bueno, supongo que el ser humano por lo general es bastante egoísta. Yo en ocasiones he utilizado el símil de una película, por lo general nuestra vida sería algo así como una película en la que nosotros somos los protagonistas, aunque también existe la visión de ser como un actor secundario de la vida de otros, y en muchas otras ocasiones no somos más que unos simples espectadores de todo lo que acontece...
A mi me gustaría que hubiese más altruismo en el mundo, que todo el mundo se quisiera lo suficientemente como para no tener que odiar a los demás...
Un blogsaludo.
Dammy, muy acertado tu símil con el de una película, yo creo que, como en algunas, tendría que ser posible intercambiar papeles con otras personas de vez en cuando. Así, a lo mejor, dejábamos todos de mirarnos el ombligo.
Me acojo a tu deseo de que haya menos altruismo y se lo pido este año a Papá Noel!
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