Despidiendo a Pepe

Llevo dos semanas desaparecida pero tengo una muy buena y dolorosa excusa.

Hace dos domingos decidí dejarme convencer por D. de que ya había esperado bastante para ir al hospital y mirarme un extraño bulto en un lugar bastante incómodo. El día de antes habíamos ido de boda (de la que aún no puedo poner fotos) y la verdad es que tanto tiempo sentada había echo estragos en mi "Pepe". Sí, Pepe es él, mi extraño bulto, y es que después de 4 años juntos nos habíamos cojido cariño y lo había bautizado con ese nombre (realmente Pepe Segundo, pero esa es otra historia).

Había temporadas en las que nos llevábamos bien y el ivernaba durante meses, otras en las que decidía hacerme un poco la puñeta y sacaba su vena rebelde, pero nunca se había enfadado tanto.

Después de los consejos de mi madre y la insistencia de D., nos pusimos en marcha al hospi. Cuando entré a la consulta, le dije al médico que tenía un bulto extraño que quería que me miraran pero en vez de solo mirar, me dijo que me lo abrían en ese momento. No me imagino mi cara, pero yo, que soy una cagallona y que nunca he entrado en un quirófano.... jejej, debía de dar miedo.
No habiéndose quedado ya suficiente a gusto con el mal trago que me estaban haciendo pasar, se les ocurrió confesarme que me ponían anestesia pero que debido a la infección no iba a hacer mucho efecto. Pero si Pepe y yo en el fondo nos llevamos bien, no nos separeis por favor, que no sabemos vivir el uno sin el otro, no en serio, no, no noooooooooooooo
Mucho dolor, menos mal que duró poco. Y ahí se quedó él, en la sala del hospital viendo como yo, al ritmo de las muñecas de famosa, desaparecía tras la puerta de la consulta 3. Él sabe que lo recuerdo todavía muy intensamente, cada día, sobretodo a la hora de las curas : )

En fin, y ahora ya estoy bien, pero después de un tiempito de baja tengo un poco de faena en el trabajo (que para variar no está mal) y por eso no me ha dado tiempo de contar antes ésto.