miércoles, 26 de septiembre de 2007

El tiempo

"No lo consigo, no consigo vivir el momento sin pensar en lo que sucederá después. ¿Cómo lo haces tú?"

"Pienso en los instantes presentes, que son eternos"

Decide contarle una historia, un poco para distraerle. Le pide que imagine haber ganado un concurso en el que cada mañana un banco le ingrasará en su cuenta 86.400 dolares. Pero todo juego tiene sus reglas y aquel tenía dos:

'La primera es que todo lo que no gaste durante el día, se lo quitarán por la noche, no se puede hipotecar ni transferir de una cuenta a otra, solo tienes que gastarlo, y cada mañana cuando te levantes el banco te abre una nueva cuenta con otros 86.400 dólares para ese día. Segunda regla: el banco puede interrumpir el juego cuando quiera y sin previo aviso; "en cualquier momento puede decirte que el juego ha acabado, que cerrará tu cuenta y nunca más te abrirá una con el dinero.
¿Qué harías?'"

El no entendía nada.

"Es muy sencillo, es solo un juego, cada mañana cuando te levantas te dan 86.400 dólares, con la única condición de gastarlos durante el día.
(...)
¿Qué harías si te ofrecieran algo así?"

El responde sinceramente que habría gastado hasta el último dólar para él mismo y para comprar regalos a la gente a la que quería. Hubiera intentado utilizar cada dólar que 'el banco mágico' le ofrecía, para conseguir la felicidad para el mismo y para los suyos, "incluso también para aquellos que no conozco, porque creo que no sería capaz de gastarlo todo yo solo en un día. Pero, ¿dónde quieres llegar?"

"Este banco mágico lo tenemos todos. Es el resultado de los segundos que perdemos! Cada mañana cuando nos despertamos, nos dan 86.400 segundos de vida para la jornada, y cuando por la noche nos dormimos se nos reporta una cuenta nueva. El tiempo que no se ha vivido durante la jornada se pierde, el ayer ha pasado. Cada mañana esta magia vuelve a empezar, se nos vuelven a conceder 86.400 segundos de vida. Pero jugamos con una regla inevitable: el banco puede bloquear la cuenta en cualquier momento, sin previo aviso. La vida puede pararse en cualquier momento. Por tanto, ¿qué hacemos con nuestros 86.400 segundos cotidianos? No son más importantes que los dólares?"

Del libro Se solo fosse vero, de Marc Levy

3 comentarios:

Bego dijo...

Es como para reflexionar sobre eso, a menudo, no solo ahora que lo hemos leido...
Gracias por las piezas de sabiduria
Y gracias por el otro dia, pequeña!

Nath Da Bu dijo...

Leeo esto y me dan ganas de hacer algo mas productivo, ponele, quitar de mi vida las horas de sueño!!!
Tantas horas de chat, que muchas veces creo innecesarias!(el internet se a vuelto un vicio para muchos, me incluyo)
Que hacer para aprovechar al maximo???
Creo que intentar estar con los tuyos lo mas que puedas y disfrutar de los momentos simples, que por cierto para mi son los mas lindos!

Monica dijo...

jo que verdad mas buena!!!!!!! te quiero pequen